El 23 de noviembre fue un hermoso día de encuentro. La brisa de Quimey movía la copa de los árboles y facilitaba conectarse con quienes nos rodeaban, la voz del padre Cristian, la naturaleza y Dios, el punto central de esta fiesta.
Nuestros jóvenes ingresaron a través de un túnel de fotografías que mostraba su recorrido desde el prekínder, en algunos casos, hasta este IV° medio 2021. Fue una alegría verlos tan pequeños en esos recuerdos y, luego, encontrarlos tan grandes y próximos a ser la “sal del mundo”.
La misa se inició con un momento especial, en él se realizó una investidura simbólica; cada estudiante recibió una imagen que le representaba y debían vestirla con el uniforme. De esta manera, protagonizaron una de las últimas conversaciones con sus padres en el contexto escolar, hablando de las fortalezas adquiridas a lo largo de estos años como estudiantes y proyecciones en el nuevo desafío que se avecina..
La homilía nos llevó a preguntarnos sobre nuestro aporte en este mundo que vivimos, la forma en que cada quien será un granito de arena para hacer de esta tierra el ansiado REINO.
Otro de los momentos cruciales fue la recepción de las cartas escritas en I° medio cuando vivieron su Encuentro con Cristo; tres años después pudieron leerlas a sus padres y así tener una reflexión de la relación sostenida durante este tiempo.
Cerramos con el símbolo que guio esta misa, la semilla que germinará y hará de este Chile un lugar siempre mejor.
Confiamos en que el amor del PADRE los acompañará siempre.
